Tarde de heladito en la Reforma


Muchas familias guatemaltecas, tienen la costumbre de irse a comer un heladito el domingo por la tarde en la reforma.

Eso del heladito es como una costumbre, recuerdo que cuando era pequeña, vivía en la misma cuadra donde estaba una heladería en la Avenida de Los Arboles, y los domingos por la tarde nos daban a cada una de mis hermanas y a mí una choca (como comúnmente se conocían las monedas de Q0.25) y todas juntas íbamos a comprar el famoso capuchino con manías.

Luego cuando era adolescente, en la colonia donde vivía llegaba el camión de los helados con su música que lo caracterizaba. Recuerdo que a veces me sentaba en el sillón cerca de la ventana, a ver por la ventana cuando empezaba a bajar el camión, y una vez identificaba que el camión se acercaba, empezaba la labor de convencer a mi papá para que me diera Q1.00 para el famoso capuchino, el camión solo entraba al parqueo daba la vuelta y si no habían clientes se iba a los otros parqueos, así que tenía que convencerlo rápidamente, y bajar corriendo los cuatro niveles del edificio y llegar hasta el camión, antes de que se marchara.

Ayer luego de un largo día de trabajo fui con una amiga a comerme un heladito a Las Américas, aprovechando lo bonita que estaba la tarde, y el clima tan agradable, nos comimos el famoso capuchino con manías, helado sabor chispas de chocolate, solo que ahora en cono waffle, y por supuesto que ya no cuesta Q1.00, ahora creo que son Q16.00. Sentadas en las mesitas de afuera, viendo como el día llegaba a su fin, y empezaban las primeras estrellas a brillar, platicando de tantos temas de la vida, que a veces no tenemos tiempo, por tanto que hay por hacer día a día.

En general disfruto mucho comer helado, no importa que ya conozca su sabor, siempre es una emoción antes de empezarlos a comer, no sé si es por recuerdo que me traen, ya que los comía desde pequeñita. Es todo un reto, comérmelos disfrutándolos, saboreándolos, y antes de que se empiece a derretir, ahora al menos los de cono waffle los dan en vasito, entonces eso me asegura, que no terminaré con todo el helado encima. Creo que una de las cosas por las que disfruto comer helado, es que es un momento para compartir, con la familia, con amigos, con el novio, en fin, siempre se encuentra una ocasión para disfrutar de un heladito.

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