El pasado domingo veinte fue recibido Paolo en los brazos de nuestro padre. Sé que para la familia siempre es dolorosa la partida de un ser querido, aunque cuando las personas están enfermas estén consientes que tal vez era lo mejor, siempre duele su ausencia.
Creo que a veces olvidamos lo que se nos enseña:
“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” Filipenses 1:21
Aunque yo no había tenido la oportunidad de verlo nuevamente, me sorprendió que tenían su foto del día de nuestra graduación, así es como lo recordaba yo. En medio de una situación tan dolorosa me dio mucho gusto, que en el momento en que estuvimos acompañando a la familia, nos reunimos varios de los compañeros de graduación, inclusive algunos que no había vuelto a ver desde que nos graduamos. Sé que las actividades de la vida diaria a veces nos hacen distanciarnos, pero lo importante es saber que en los momentos importantes los amigos están presentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario