Recuerdo cuando estaba pequeña, que en las épocas de colegio había que ir con las tradicionales botas de hule guardadas, y al salir cambiarse los zapatitos bien lustraditos, por las tradicionales botas rojas, para no mojar los zapatos del colegio, de esta manera también nos protegíamos un poco más y evitábamos un poco los resfriados comunes de la época, recuerdo que el sueter del colegio era de lana, así que también utilizábamos alguna chumpa y hasta gorro.
Un día por la mañana íbamos al colegio con el tradicional atuendo de invierno, porque desde temprano estaba una lluvia constante, tal vez había llovido toda la noche, porque en las calles eran lagunas de lado a lado, ni se podían ver los arriates centrales; ni antes ni ahora han sido suficientes los tragantes para el agua pluvial; pues recuerdo que con suerte logramos subir al bus y conseguimos sentarnos en el primer asiento, cerca de la puerta de ingreso; para variar la puerta iba abierta y recibíamos una leve brisa por la lluvia que no paraba, y de pronto pasa al lado otro bus mucho más rápido que el bus en que íbamos nosotros y solo vi venir una gran ola que levanto el otro bus, creo que con suerte solo me dió tiempo de cerrar los ojos y la boca, igual nos baño por completo a todos los que íbamos hasta adelante, no importaron la botas, ni la chumpa, igual nos empapó por completo.
Ese día aprendí que en invierno, es preferible ir en la parte central del bus, aunque sea de pie, o si se logra sentar, revisar de una vez las ventanas si se pueden cerrar, porque es típico que empieza a llover y no es posible cerrar las ventanas, uno cree que ha subido por completo la ventana y de pronto, la ventana se empieza a bajar sola y nosotros a empaparnos por la lluvia.
4 comentarios:
Hola Ceci, que bonitas memorias, me hiciste recordar mis épocas del colegio, como habían unas zanjas se llenaban de agua y crecían renacuajos, de esto puede dar fé Paty???? ah y yo también usé mis botas rojas para el agua...
Gracias July,
Creo que todos tenemos bonitos recuerdos de la lluvia cuando eramos pequeños, y nos interesaba explorar, y conocer.
Espero leer algo sobre tus recuerdos de los dias de lluvia en tu blog. :)
¡Sí, es cierto! habían unos charcos enormes, llenos de renacuajos, que por cierto, un día tuve la brillante idea de llevarme unos a mi casa, los guardé en una bolsita plástica...Obviamente al día siguiente mi mamá me envió de vuelta al colegio con los renacuajos, no dejó que los tuviera en mi casa jejeje... Creo que estaba en segundo primaria cuando hice esa travesura... ¡Ahhh viejos tiempos! :)
jajaja... y llegaron vivos los renacuajos para el momento de su liberación?
Gracias Paty por compartirnos esos recuerdos.
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